La Cumbre IV de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) se realizó en Quito, la semana pasada. Este colectivo está formado por 33 países, de los cuales la mayoría son de habla hispana (18) e inglesa (12), siguiendo la francesa, portuguesa y neerlandesa.

La notable diversidad de los 600 millones de habitantes de estos países está distribuida en Latinoamérica desde las islas y costas del Caribe, pasando por las montañas andinas hasta las playas de los océanos: Pacífico y Atlántico; tienen un rasero económico común que los califica como países en desarrollo, sin embargo, al interior de esta clasificación, la realidad establece notable diferencias que van desde Haití, uno de los países más pobres del mundo, hasta Argentina, Brasil y México, considerados como naciones emergentes industrializadas pertenecientes al grupo de los llamados países del G-20.

Las cumbres de la Celac han sido el escenario donde los representantes de esta extraordinaria diversidad poblacional manifestaron su preocupación por las consecuencias negativas que para el desarrollo de la comunidad significaba  el cambio climático originado por los excesos de la utilización de combustibles fósiles por los países industrializados.

Anterior a la presente, en la II cumbre de la Celac, realizada en La Habana. De los 33 países asistentes, todos los representantes que intervinieron se refirieron al peligro climático del calentamiento global. Especialmente los de las islas de la cuenca del Caribe, probablemente los más vulnerables.

En este evento, José Mujica, representante de Uruguay, al reflexionar sobre las severas consecuencias que acarrearía el calentamiento global en el planeta, con notable lucidez expresó: “No es solamente importante que los científicos se reúnan para pronosticarnos lo que nos va a pasar, sino que también es necesario tener financiada una estrategia de protección comunitaria”. Agregó que ningún país, por poderoso que sea, puede enfrentar por sí solo los desastres originados por el cambio climático. “No podemos evitar los terremotos, atajar el agua, los vientos, pero es responsabilidad de la civilización humana mantener recursos para enfrentar responsablemente el cambio climático donde se presente. Para lo cual es necesario mantener la integración social. Es mucho lo que puede hacer el hombre si nos juntamos para combatir el derroche de energía, para lo cual la humanidad debe pensar como especie.

El nuevo responsable de la presidencia pro tempore de la Celac, el mandatario de República Dominicana, Danilo Medina, rescatando de la anterior administración de la Comunidad, representada por el presidente Rafael Correa del Ecuador -la cual logró que la Celac se presentara en la cumbre mundial de París COP21, como un grupo integrado por las mismas aspiraciones y similares objetivos-, hizo un llamado a la región para que, siguiendo este ejemplo, el bloque se convierta en un espacio de diálogo, debate y ejecutor de los temas más importantes para el desarrollo de nuestros países. (O)