La incapacidad económica de una potencia como EE UU hace temer una nueva recesión mundial

Imagen de la cúpula del Capitolio de EE UU, en Washington.
Imagen de la cúpula del Capitolio de EE UU, en Washington.
Jonathan Ernst/ REUTERS
Imagen de la cúpula del Capitolio de EE UU, en Washington.

La persistente crisis económica que parecía jactarse especialmente con la zona euro ha puesto ahora el foco de atención en EE UU por su incapacidad económica (la tasa de paro se situá en el 9,1%, con 14 millones de desempleados) y política (protagonizada por los conservadores del Tea Party, que la pasada semana dificultaron el acuerdo entre republicanos y demócratas para evitar que el país entrase en suspensión de pagos).

Su presidente, Barack Obama, encara ahora la primera degradación de la deuda, desde 1941, por parte de la agencia calificadora de riesgo Standard & Poor's de la calificación AAA, la máxima posible, a AA+, y la temida posibilidad de que sufra, como castigo, otra rebaja en los próximos 12 a 18 meses.

A la posibilidad de que la rebaja en su crédito estelar conduzca a una subida en las tasas de interés en préstamos para gobiernos, empresas y consumidores, se suma la ojeriza de China, que este sábado mismo pidió que Estados Unidos se apriete el cinturón y resuelva su "adicción a la deuda".

China, principal acreedor de EE UU y poseedor del 70% de sus reservas en divisas en dólares, se siente con "todo el derecho" de reclamar que Washington "corrija los errores estructurales de su deuda y garantice la seguridad de los activos en dólares de China", según dijo en un duro editorial la agencia oficial china Xinhua.

Conversaciones telefónicas

Ante esta situación, los países de la eurozona y los ministros de economía del G-7 temen que la debilidad de la economía estadounidense dificulte todavía más la recuperación económica y sus líderes políticos han iniciado durante este fin de semana una ronda de contactos telefónicos. Los últimos en hacerlo han sido el primer ministro británico, David Cameron y el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy.

En su intercambio de impresiones, ambos líderes se mostraron de acuerdo en la importancia de "trabajar juntos, supervisar de cerca la situación y mantenerse en contacto en los próximos días", informó un portavoz oficial de Downing Street.

El G-7 (compuesto por Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) podría emitir un comunicado tras la conclusión de una conferencia telefónica en la que se ha debatido el estado de la crisis financiera mundial, según ha informado una fuente del Gobierno japonés.

El viceministro de Finanzas japonés, Fumihiko Igarashi, señaló que el G-7 no había concretado todavía la hora a la que se realizaría la videoconferencia de emergencia. "No estamos en un momento en el que podamos anunciar que vaya a haber una llamada", afirmó Igarashi. "En el mercado de las divisas la sorpresa es importante, por lo que no creo que sea una buena idea anunciar nada de antemano", agregó.

Por otro lado, el G-20 estudia emitir una declaración conjunta para tratar de disminuir el impacto en los mercados de la rebaja de la nota de la deuda estadounidense por parte de la agencia Standard & Poor's, aseguró el Ministerio de Finanzas surcoreano. "Aunque aún no está confirmado, (los países del G-20) están estudiando la divulgación de una declaración conjunta antes de la apertura de los mercados financieros asiáticos", dijo un funcionario del Ministerio de Estrategia y Finanzas surcoreano a la agencia local Yonhap.

"Si la declaración se emite de manera que aumente la confianza de los inversores hacia los bonos estadounidenses, eso podría contribuir a la estabilización del mercado", agregó. Durante la teleconferencia, se analizó el impacto del recorte de la calificación crediticia de EEUU por S&P el pasado viernes, tras el cierre de los mercados, así como la crisis de la deuda en la zona del euro, según el Ministerio.

Además, el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) mantendrá este domingo una conferencia telefónica sobre la situación de la crisis de la deuda pública, tras la escalada de la prima de riesgo de Italia y España y la rebaja de la calificación crediticia de Estados Unidos por parte de la agencia S&P.

Según indicaron fuentes del Banco de Italia, cuyo gobernador, Mario Draghi, será el próximo presidente del BCE, esta teleconferencia está prevista para las últimas horas de la tarde de este domingo, aunque aún no ha sido fijada la hora.

Las mismas fuentes se negaron a precisar si sobre la mesa de esta cita figura la posibilidad de que el BCE empiece a comprar bonos italianos y españoles ya el próximo lunes para intentar reducir la presión de los mercados sobre las primas de riesgo de los dos países, que el viernes pasado volvieron a dispararse por encima de los 400 puntos básicos antes de cerrar por debajo de los 375.

S&P desató la alarma

Maya MacGuineas, presidenta del Comité para un Presupuesto Federal Responsable, un centro de estudios económicos, añadió este sábado en un comunicado que la decisión de S&P es como la ruidosa alarma de un despertador que EE UU ya no debe ignorar.

"Necesitamos un plan de reducción del déficit de al menos cuatro billones de dólares, probablemente más. Los responsables de política entablarán serias discusiones sobre cómo controlar nuestra deuda, o seguirán con su teatrillo", dijo.

Estados Unidos requiere la puesta en marcha de una reforma tributaria, cambios a los programas sociales y una estrategia para el crecimiento económico porque, de lo contrario, las otras agencias de calificación de riesgo, Moody's y Fitch, seguirán los pasos de S&P, advirtió la experta.

El Tea Party impedirá su reelección

Esas medidas figuran en el recetario de Obama, solo que los republicanos y grupos del movimiento conservador Tea Party están decididos a impedir su reelección el próximo año y han dejado claro que no aceptarán una subida de impuestos y seguirán exigiendo más recortes fiscales.

Por ejemplo, el exgobernador de Massachusetts Mitt Romney, quien encabeza en las encuestas a la media docena de aspirantes a la candidatura presidencial republicana en 2012, declaró esta semana que "cuando uno ve lo que este presidente (Obama) ha hecho a la economía en apenas tres años ya sabe que no quisiera ver lo que puede hacer en ocho".

El economista estadounidense Mark Weisbrot, del Centro para la Investigación Económica y Política (CEPR), indica que su país "no ha perdido su crédito estelar y aún puede obtener préstamos con intereses muy bajos".

"Lo de S&P ha sido una decisión política. Lamentablemente se utilizará como arma por aquellos que exigen más recortes sociales o quieren minar a la Administración Obama", señaló.

Un presidente venido a menos

La popularidad de Barak Obama ha descendido notablemente en las últimas semanas, de ahí que el presidente norteamericano aúne esfuerzos en su gira por varios estados de la zona central de Estados Unidos, entre el 15 y 17 de agosto próximos, en donde promoverá la creación de empleos y, de paso, intentará insuflar vida a su alicaída imagen.

El objetivo final de esta gira por autobús es la reelección de Obama para los comicios de 2012, pero la persistente crisis económica podría restarle combustible a esos esfuerzos.

Lejos ha quedado el repunte que le dio en las encuestas de opinión la muerte del cabecilla de Al Qaeda, Osama bin Laden, en mayo pasado: la economía y la futura salud fiscal del país se han convertido en la mayor fuente de ansiedad de los estadounidenses.

A Obama también le persigue una alta tasa de desempleo que, aunque bajó una décima en julio al 9,1%, sigue afectando a millones de trabajadores estadounidenses.

El mandatario ha repetido en cada foro público la urgencia de espolear el crecimiento económico y la creación de empleos, pero ni las empresas contratan al nivel que se requiere ni los estadounidenses se abandonan al consumo.

La lenta recuperación económica hace temer que la mayor potencia económica en el mundo, que perdió casi 8,5 millones de empleos entre diciembre de 2007 y junio de 2009, pueda sufrir una recaída que la lleve al despeñadero.

El gobernante estadounidense ha reconocido que todavía queda mucho por hacer, y ha pedido la paciencia del electorado. En las elecciones legislativas de 2010, Obama denunció que los republicanos arrojaron la economía en una zanja.

La pregunta del millón es cómo podrá Obama sacarla de allí y afianzar suficientes votos para ganar un segundo mandato. Su gira en autobús de 72 horas podría generar ideas.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento