Portoviejo-Montecristi

Cruz María Mantuano lloraba ayer desconsoladamente mientras esperaba el féretro donado en el que traerían los restos de su hijo Luis Lorenzo Mero Mantuano, de 61 años, quien la tarde del lunes desapareció cuando presuntamente intentó atravesar una quebrada que se formó tras el fuerte aguacero que cayó en la comunidad Pepa de Huso, en Montecristi.

“No sé qué pasó… él venía de la finca”, dijo con pocas palabras Mantuano. Eran las 12:30 de ayer y el cuerpo de su hijo ya llevaba doce horas en el centro forense de Manta, adonde fue trasladado luego de que elementos del GIR y del Cuerpo de Bomberos lo hallaron en medio de una palizada a dos kilómetros del lugar donde cayó.

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César Cedeño, cuñado de Mero, señaló que cerca de las 18:00 del lunes anterior su pariente político retornaba de sus actividades agrícolas. “Lo único que nos dijeron es que había desaparecido… él venía junto a su burrito, pero luego la mula retornó sola sin Luis”, aseguró.

Hasta ayer la Secretaría de Gestión de Riesgos (SGR) esperaba la confirmación de si la muerte de Mero Mantuano se originó a causa de incidentes acuáticos o se derivó por algún problema de salud; sus parientes reconocen que el hombre sufría ataques epilépticos.

Susana Dueñas, titular de la SGR, no descartaba que Mero podría engrosar la lista de fallecidos por efectos derivados de las lluvias, que hasta el presente año han dejado doce víctimas.

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También se esperaba el hallazgo de una persona que desapareció el lunes mientras efectuaba labores de pesca en La Unión de Santa Ana.

“Hasta que la policía no nos dé el informe (autopsia de Mero), nosotros no podríamos incorporarlo a la lista de víctimas fatales, sino que esperamos el informe”, relató Dueñas en su visita ayer a Portoviejo.

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En tanto que las familias afectadas por deslaves en Abdón Calderón podrían ser ubicadas en nuevos terrenos. Sofía Cedeño, coordinadora de los afectados, indicó que recibieron la noticia por parte del alcalde de Portoviejo, Agustín Casanova, de que ayudarían con la adquisición de terrenos para reubicarlos, pues de acuerdo con el informe que ya tiene la Junta Parroquial, las zonas de La Seca y Sacón fueron declaradas áreas de alto riesgo.

Hasta el 10 de abril, las 25 familias albergadas en la escuela de la comunidad Cruz Alta de Miguelillo permanecerán allí, pues deberán dar paso al inicio del año lectivo 2017-2018. (I)